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ARQUA, Mercedes, Museo naval, Odyssey, Patrimonio subacuatico
«Han pasado 200 años desde que explotó la Mercedes. Su lugar de reposo y el de cuantos perecieron en ella aquel fatídico día permanecieron inalterados durante siglos. Hasta hace poco. El Derecho Internacional reconoce la solemnidad de su tumba, y el interés del Estado por preservarla».
Sentencia del juez Mark Pizzo, sobre el caso Odyssey.
Seguramente, a la mayoría de las personas el nombre de Nuestra Señora de las Mercedes no le dice nada más allá de lo habitual que se podría pensar para lo que el propio nombre simboliza. Y es casi seguro que casi nadie lo asociaría a un barco, ni a una fragata de la Real Armada española, para ser más exactos, y a un caso judicial que se convertiría durante mucho tiempo en foco permanente de los noticiarios.
Hace ya unos años, en 2007 más concretamente, la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration, sacaba a la luz un ingente tesoro, compuesto sobre todo por monedas y del que apenas dio ninguna información de su procedencia. Tal fue el secretismo que la empresa impuso sobre su descubrimiento que no reveló datos ni del “naufragio, ni la nacionalidad ni la identidad de la nave de la que se habían sustraído las monedas y objetos”[1] presentados.
Ante las sospechas generadas por dicho hallazgo, y dada la fama de cazatesoros de la empresa, el gobierno español inicio los tramites legales y de investigación para, en primer lugar, averiguar la verdadera identidad del pecio expoliado, y en segundo, en caso de confirmarse las sospechas, iniciar un procedimiento legal con el fin de recuperar un tesoro que pertenecía al patrimonio histórico y cultural español.
Y es que el gobierno español, desde un principio, sospecho que las monedas mostradas por Odyssey, pertenecían a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, hundida frente a las costas de Cádiz a comienzos del siglo XIX. Tras la confirmación de las sospechas, la fragata tomaría el relevo de la Juno y La Galga como objeto de controversia legal de carácter internacional.
Como breve semblanza histórica, para todos aquellos que desconozcan que es La Mercedes, diremos que se trataba de una fragata de la Real Armada española, fabricada en los astilleros de La Habana en el año 1788. En Octubre de 1804, mientras regresaba a la península de su largo viaje por tierras imperiales desde el virreinato de Perú, con sus bodegas cargadas de caudales, productos de lujo y otros objetos, fue hundida a consecuencia de un ataque a traición de un destacamento de la marina británica frente a las costas españolas. Ahí yacería 200 años en el fondo del mar junto a las aproximadamente 275 personas que perecieron en la batalla de la bahía de Cadiz.
La batalla legal acabó en 2012, cuando el tribunal de Apelaciones de Atlanta falló a favor del gobierno de España, obligando a Odyssey a devolver todo el material expoliado de la fragata. Esta resolución se convirtió en un hito que marcó la acción certera y contundente del gobierno de España por la protección de su patrimonio cultural, y más concretamente del subacuático; será en este momento cuando finaliza, después de más de doscientos años, el tortuoso viaje de la fragata que tratamos.
Actualmente, estos materiales recuperados, reposan en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (ARQUA) para su estudio y catalogación. De igual modo, y en una gran maniobra para la difusión y concienciación sobre este tipo de patrimonio, el Museo Naval en colaboración con multitud de organismos e instituciones, desarrolló una exposición sobresaliente sobre Nuestra Señora de las Mercedes, con la finalidad de hacer accesible para la mayoría de la población las maravillas descubiertas y impulsar una concienciación social de la necesidad de la lucha contra el expolio del patrimonio cultural español y el trafico ilegal de los objetos obtenidos de manera delictiva.
Definitivamente, la fragata Mercedes se ha convertido por derecho propio y por las circunstancias que rodearon su descubrimiento, en una de las joyas del patrimonio cultural e histórico español en general y el patrimonio subacuático en particular. España, por su trayectoria histórica y su geografía presenta una riqueza casi inigualable en este ámbito y área de estudio, lo que hace aún si cabe más importante tratar el caso de la Mercedes. Sobre todo porque nos encontramos con un caso paradigmático no solo a nivel nacional, y que nos permite tener una perspectiva optima a partir de la cual se pueda estudiar y poner en valor las características, el estado de la cuestión, la problemática y la difusión que rodea a este tipo de patrimonio y de casos.
[1] VV.AA, El último viaje de la fragata Mercedes. La razón frente al expolio. Un tesoro cultural recuperado, Ministerio de Defensa, Madrid, 2014, pág. 26.